la victoria de mexico - zacazonapan |
(y saludos para todo el estado de mexico, animo!!!) en el estado de mexico naci yo soy de zacazonapan donde creci viendo la peña preñada y los reyes llenos de pinos la dura cuesta y el fraile, cañaverales y sus molinos, ¡si, señor! llena de cumbres mi tierra es un tazon pocas casitas y un raro cerro pelon. y se escapan de mi zacazonapan cantares que atrapan al corazon todos, todos, tomemos que brindaremos por zacazonapan y por el estado de mexico. (rrrrrrraaaaaa!!!!!!!!!!! y es la victoria primo!!!!!) valle de bravo muy chico yo conoci ahora tiene una laguna que antes no vi, luego pase por toluca que es del estado la mera nuca y sin entrar al distrito villa satelite y el molinito, ¡si, señor! en tlalnepantla se palpa un dineral es por naucalpan la zona mas industrial. y se escapan de mi zacazonapan cantares que atrapan al corazon. y asi rodeando al distrito federal, como diadema lo luce la capital todavia en hora temprana pinta velasquez y escribe sor juana y ahi en texcoco afamado nezahualcoyotl gran inspirado, ¡si, señor! mexico, patria y estado si, señor ser mexicano dos veces es doble honor. y se escapan de mi zacazonapan cantares que atrapan al corazon todos, todos, tomemos que brindaremos por zacazonapan y por el estado de mexico. |
sábado, 12 de diciembre de 2009
CANCIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO
viernes, 11 de diciembre de 2009
LEYENDA
La leyenda del Sol y la Luna
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.
Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:
-Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.
Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.
Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció Tecuciztécatl hecho Luna.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.
Desde entonces hay día y noche en el mundo.
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ARQUITECTURA
Teotihuacan
Pocas ciudades han sido consideradas dignas de ser habitadas por los dioses, más habituados a las esferas celestes que a los dominios humanos. Teotihuacan es una de ellas, y para haber alcanzado el rango de ciudad mítica tuvieron que transcurrir mil años de civilización que hoy se respira entre sus amplias avenidas que marcan los rumbos del universo y cuyo esplendor emana de plazas y pirámides de proporciones ciclópeas penetrando los muros estucados de imágenes primigenias de la naturaleza y figuras de un mundo espiritual casi olvidado.
Urbe divina y humana, plena de calles y habitaciones, que vivió una actividad ferviente, a la cual entraban y salían hombres y mercancías hacia el valle de México, Puebla, Tlaxcala e incluso hasta la Mixteca y Tehuantepec. ¿Cómo pudo surgir tal prodigio de piedra en un valle que, comparado con el de México, aparece yermo, sujeto a las lluvias del temporal y con unos cuantos pozos de agua?
Estudios arqueológicos han mostrado que Teotihuacán era, 600 años a.C., una aldea que comenzó a elaborar objetos de piedra pedernal obtenida de la zona. El excedente de este producto permitió un incipiente intercambio con otras regiones y posteriormente establecer un eficiente comercio y agricultura planificada a partir del siglo II a.C. Desde entonces los conocimientos desarrollados por las culturas preclásicas fueron concentrándose en torno a un centro político y religioso que duraría hasta el siglo IX de nuestra era. El grado de refinamiento y difusión de la cultura teotihuacana ha sido calificado como la época Clásica en la América meridional.
La expresión más evidente del paso de las generaciones y pueblos que habitaron este sitio --a tan sólo 50 km al Noreste de la ciudad de México-- son los restos arqueológicos de la ciudad y las innumerables piezas de fina cerámica esparcidas por el mundo. El centro ceremonial, trazado como un gran símbolo de dos ejes; el Norte-Sur denominado Calzada de los Muertos del que parten, como alas de una mariposa edificios, palacios, plazas y adoratorios. A la cabeza la gran pirámide de la luna y a un costado la mole inmensa de la pirámide del Sol, dualidad creadora de la naturaleza y de los hombres que levantaron los muros de tezontle, cal y canto.
Siglos después de abandonada, otros pueblos llamaron al sitio “Ciudad de los Dioses”, no sin razón, pues su existencia estuvo regida por profundas convicciones religiosas y normas de vida en torno a los ciclos de la naturaleza, la siembra, la cosecha, la lluvia y una cosmogonía de estrechas relaciones fenomenológicas cuya expresión calendárica y astronómica se reflejó en la construcción de la ciudad.
En ello radica la importancia de las pirámides, que a diferencia de las egipcias son escalonadas y se dividen en cuerpos horizontales para servir de plataforma a un templo. Estos niveles son, además, elementos simbólicos de los supramundos a manera de una montaña metafísica. Su cuadratura es expresión de una naturaleza dominada, de lo armonioso e inmutable. Sin dejar de ser emulación de los cerros (morada del agua) las pirámides teotihuacanas hacen de su silueta un sello de taludes y tableros que se repiten a manera de cantos sagrados.
Al sentido vertical lo complementa su base cuadrangular y su posición precisa con respecto al trayecto de los astros. En efecto, la orientación de la Pirámide del Sol tiene una inclinación de 17º de la dirección del polo terrestre, lo que apunta hacia el polo magnético y permite al sol coincidir en el Cenit del centro de la pirámide los días 20 de mayo y 18 de junio. Son más las características astronómicas de esta y otras pirámides mesoamericanas, pero en el caso de Teotihuacán, el conjunto de templos y edificios rodeado por una urbe mimetizada de campo, crean un espacio magnífico que permite establecer vínculos olvidados entre el hombre y la naturaleza.
Así como el sol y el viento de los espacios abiertos impresionan y evocan el trabajo colectivo, en los edificios de orden civil, palacios, plazas y mercados nos adentramos a un mundo más rico y cercano. En especial los patios propician una sensación de serenidad, como en el caso del perteneciente al palacio de Quetzalpapálotl (ave-mariposa) con sus columnas labradas, cornisas policromadas y almenas.
Teotihuacán no sólo es una ciudad monumental, sino también un sitio donde la pintura de murales permite discurrir en el mundo de las figuras míticas, de dioses, jaguares, seres de la noche y cielos acuáticos. El arte teotihuacano no se detiene en lo exterior y crea su microcosmos de vasijas y objetos ceremoniales que, ensayados por siglos, alcanzaron la perfección. Es así que la ciudad contenía barrios especializados de artesanos que proveían a la ciudad y a zonas tan alejadas como Oaxaca y Yucatán. Asimismo, y como correspondía a una ciudad cosmopolita, la ciudad llegó a tener sus barrios de grupos mayas y zapotecas.
Esta presencia teotihuacana entre pueblos alejados también creó rivalidades que se acentuaron hacia el siglo VII. Para entonces la urbe que había crecido a costa de tierras de cultivo, importaba materia prima y agotaba los recursos naturales comenzó a entrar en crisis. Para el siglo IX otras ciudades de tradición teotihuacana rebasaban a la metrópoli: Tajín, Cholula y Xochicalco. En lo sucesivo Teotihuacán contó más el numero de muertos que la habitaban, pero su presencia se extendía a toda mesoamérica.
Los grupos que fueron llegando a la región y establecieron nuevas ciudades retomaron el modelo teotihuacano y elaboraron una compleja mitología en torno a su tradición religiosa. En especial destaca la figura de Ce-Acatl Topiltzin Quetzalcóatl en quien se reúnen la idea civilizadora y el culto agrícola; de igual manera la fuerza fecundadora y destructora del agua se complementa en el llamado dios Tláloc. En uno de los edificios correspondiente al grupo llamado Ciudadela es posible ver, traducido en piedra y estuco, las figuras labradas de estas dos deidades.
El efecto de contemplar una urbe semidesierta por los toltecas y más tarde en los mexicas sugirió la idea de los cataclismos, cuya expresión literaria es la leyenda del Quinto Sol que en suma es la recreación periódica del universo y cuyo último escenario fue precisamente la ciudad de los dioses. Cumplido el término de esa era, a la llegada de los europeos en el siglo XVI, los modelos de vida, patrones urbanísticos, ciclos de producción y vida social teotihuacana se reflejan aún en el espejo de los siglos.
PUEBLOS MAGICOS
Fiestas de Tepotzotlán
Artesanías y gastronomía de Tepotzotlán
Todos los sábados y domingos se instalan en Tepotzotlán, los tradicionales tianguis y mercadillos en los que se pueden comprar gran variedad de artesanías locales como cestos, prendas y objetos ornamentales, además de muebles rústicos y maderas talladas o pintadas como objetos decorativos. Otra artesanía típica del municipio son los objetos realizados en barro como capillas en miniatura, rosarios o figuras de animales e íconos de pluma, imágenes religiosas de cera y repujado metálico. En Tepotzotlán se pueden disfrutar deliciosos platillos en los variados restaurantes y hosterías que se encuentran alrededor de la plaza principal. Lo más recomendado es disfrutar de los exquisitos antojitos mexicanos, especialmente las quesadillas de cuitlacoche, hongos, flor de calabaza, sesos, flor de maguey y tinga. En temporadas se pueden saborear los escamoles, gusanos de maguey y no pueden faltar la barbacoa y los mixiotes. Valle de Bravo
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TRAJE TIPICO DEL LUGAR
MUJER. La mujer usa blusa de cabeza de indio, quesquémetl o rebozo, y faja o chinchote en la parte inferior. Como calzado usa huaraches.
HOMBRE. Por su parte, el hombre lleva un traje de manta, paliacate, sombrero de paja y calza huaraches.
EL ESCUDO DEL ESTADO DE MÉXICO
El escudo del Estado de México simboliza su historia, su tradición y el pensamiento de su pueblo. Contiene dieciocho abejas que representan el número de los Distritos Judiciales del Estado. Está constituido por el lema Patria, Libertad, Trabajo y Cultura, y se simbolizan así:
Patria
Águila nacional en el copete del escudo. La bandera, el himno nacional, y el dibujo en el cuartel superior izquierdo que representa el volcán Xinantécatl, la pirámide del Sol de Teotihuacán y el topónimo original de Toluca.
Libertad
Representada en el segundo cuartel superior derecho por un cañón de la época, sobre el lugar donde se desarrolló la batalla del Monte de las Cruces, el 30 de octubre de 1810.
Trabajo y Cultura
Representados juntos en el tercer y cuarto cuartel, contiene el topónimo de México, el cual le dio nombre a la patria y al estado, los surcos de la agricultura produciendo plantas de maíz y el libro abierto del saber, sobre de éste un engrane fabril, una hoz, un zapapico, una pala y un matraz, herramientas del trabajo humano. Contiene además dieciocho abejas que representan el número de los distritos judiciales del estado.